Las altas temperaturas hacen destacar los defectos del vino, aumentando también la sensación de dulzor del azúcar y del alcohol provocando un efecto sofocante. Por el contrario las sensaciones de amargor y astringencia son mayores a baja temperatura.
Respecto a la temperatura se aconseja:
- Blancos jóvenes, finos y manzanillas: 7-10ºC
- Blancos con Crianza: 10-12ºC
- Rosados: 10-12ºC
- Tintos jóvenes: 12-15ºC
- Tintos con Crianza: 16-18ºC
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